jueves, 2 de agosto de 2012

LA DIABETES, EL DINERO Y LA DEMOCRACIA


“Coca-Cola Femsa, con sede en Monterrey, es el mayor embotellador de productos de esa marca a escala mundial en términos de ventas, dice en su portal de Internet. La Jornada 13 de marzo 2012.”


“México ocupa el lugar número diez a nivel mundial, gasta más en diabetes en términos de lo que gasta en salud, quiere decir que en Estados Unidos de cada cien dólares que se gastan en salud, 14 se van en diabetes, mientras que en el caso de México de cada cien dólares que se gastan en salud 15 se van para diabetes”, explicó Armando Arredondo, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública de la Secretaría de Salud.

Sólo el año pasado, la diabetes le costó a México siete mil 784 millones de dólares, es decir, poco más de cien mil millones de pesos, tanto en atención médica como en pérdidas relacionadas con incapacidades y muerte prematura.    Excelsior 2 de agosto 2012.


“Si no se controla la diabetes, el sistema de salud podría colapsar, advierten. Federación Mexicana de Diabetes. La Jornada 2 agosto 2012.”


El problema es claro y muy sencillo, la imposibilidad de conciliar el interés privado con el bien público, la iniciativa privada con el bien común, la “democracia del mercado” con la “democracia participativa y el comunitarismo”. Dinero es dinero.


Las ganancias de una empresa contra la salud de un pueblo y la incapacidad económica, política y de autodeterminación de un gobierno corrupto al servicio del mercado (como casi todos).


De tal suerte que ante el reclamo de la sociedad organizada ante el poder Legislativo, vimos en su momento a los secretarios de Salud y Educación, cabildeando en favor de las empresas trasnacionales que producen y venden alimentos chatarra a los niños en los estanquillos y en las escuelas.


Es obvio que los gobiernos, desde el de E.U. hasta el de México, pasando por los de Europa y casi todo el mundo, están trabajando “concertadamente” a través de las instituciones supranacionales (OMC, BM, BID, ONU, OMS, OCDE, etc.) en favor de “los mercaderes” y “su democracia”, que deja indefensos a los pueblos y sus recursos naturales en favor de la rapacidad y depredación de las empresas trasnacionales y bancos.





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